El Caballero del Sol y la Princesa de la Luna

El Caballero del Sol
ha nacido en feudos solitarios
de la Gaia lejana.

Le llamaban también:
“El escudo ante el Sheol”
“El pagano de los templarios”
“El fuego y oro en la espada”
“El gladiador de Aviens”

Hombre que viene de la cenizas de la Comarca,
descendiente de la Tierra y el Destino;
ha enfrentado demonios y dragones,
salteadores y musulmanes.

Su Hidalguía le formó fama de Patriarca
entre todos los Nobles del camino;
las damas le regalan sus corazones
y sus ojos de miel son imanes.
Sí!
El hombre es un Caballero.

Hoy tiene la misión,
a su buen entender,
de cumplir una ilusión
y por fin conocer,
a la Princesa de la Luna.
Bella Dama...como ninguna.

El Caballero y su fiel corcel
cruzan valles, aldeas y montañas;
el Sol le da el poder
y la Luna sus hazañas.

Ha vencido oscuridades,
al seguir sus huellas;
ha conquistado libertades,
ha bajado estrellas.
Y todo cuanto hace...lo hace por ella.


Su armadura dorada
hecha de la piel del Fénix
es liviana como ala de hada
y fuerte como el mismo Ónix.

Una cruz gamada de Jerusalén,
le protege del daño o la herida;
lleva una pluma en la espada
donada por un Arcángel.;
a veces la toma y escribe poemas,
tiene una firma común:
“Princesa de la Luna...me amas?”
O eso dicen...según.

Su lábaro es una rosa
en el Sol; y un león
en su Luna diosa.
Bandera de Campeón.

A la llegada de la Primavera
el fin de su soledad y su tristeza;
por fin conoce a su Princesa
y el Caballero termina su Vera




Se conjura el Amor Verdadero
El Caballero del Sol será escudero.
A su princesa de la Luna le dice: “Te quiero”
Y en el mejor beso del mundo...se cae el mundo entero.

Al final del beso....la Princesa de la Luna, en susurro certero
confirma: “Un siglo estuve, entre el espero y desespero;
Caballero del Sol...¡también le Quiero!”