Palabras muertas…



Se apagó la luz…

Todo se volvió silencio,
el más profundo y sepulcral silencio
nunca antes escuchado.

La tapa del libro se cerró con demasiada fuerza,
tanto que se dañaron las hojas donde estaban impresas las letras.
Era el fin de la historia…

Las palabras murieron sin ser pronunciadas.
Fueron enterradas en un cementerio cualquiera,
donde nadie pudiera volver a verlas.



Disculpe usted buen caballero ¿es aquí de las letras, el cementerio?
-Aquí es
-Y dígame ¿vio usted enterrar unas palabras muertas que no fueron pronunciadas?
-¿las del libro que se cerró con demasiada fuerza?
-Esas son
-Allá están, sumidas en la oscuridad, la luz se apagó.
-Gracias iré en su busca.

La noche esconde, de las palabras, su tumba,
la Luna muestra su cara oculta.

-Luna ¿puedes dar luz a esa fosa?
-No, yacen en ella letras no pronunciadas, yo soy su losa.
-Luna, no camines de tristosa, ilumínalas
-No, nada que digas, mi opinión cambiará

-Mmmm estaba pensando, Luna, ¿y si nos vamos de compras?
¿y si nos olvidamos del libro, de la noche oscura y la fosa?
¿y si nos vamos de amigas a sonreír y a vivir?
que ya habrá tiempo mañana de volver a venir aquí,
tomaremos un café, charlaremos, yo que sé...
el caso que ya vendremos, ¿te parece bien?

y allá la Luna bajó iluminada en sonrisas
olvidando aquella tapa del libro que se cerró,
pensando en café, en amistad,
en charlas y hasta en comprar todas aquellas cosas
que a las amigas tanto han de gustar,
total ¿para que amargarse si unas palabras se fueron,
si murieron sin de nadie acordarse?,
mañana será otro día,
y las palabras mañana...quizá vuelvan a la vida.
(El Gato escondido & Luna)

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