A ver si un día...alargas ese instante de tenernos



A ver si un día...alargas ese instante de tenernos,
moldeas el cristal de las arenas del reloj
y conviertes los segundos en momentos eternos.

Yo sé que tu haces magia, lo sé porque lo he visto
e igual que sabes mirarme atravesando tus sueños,
igual que sabes besar a la espuma de las olas del mar
y las conviertes en brisa que posa en mí tu besar,
no creo que te sea dificil poder detener el tiempo,
convertir en elásticas las letras esas que dicen adios
y hacer de cada letra un infinito dónde mecernos los dos.

Que los lunes sean comienzo de la "A" de nuestro amor,
y el martes no llegue nunca, ni existan días, ni semanas,
que las horas sucumban muertas entre nuestros suspiros
y los años se conviertan en los Siglos de los Siglos.

A ver si un día quisieras estarte un ratito conmigo,
un poco más, tan sólo un poco, aunque te suene a egoísmo,
pues cada vez que te vas y aún sabiendo que tu estás,
sabiendo que volverás...
aún sabiendo, si te vas, agonizo en extrañar.

No te preocupes por los relojes,
con tu magia detén el tiempo en ese breve instante
en que penetras en sus sueños.

Olvídate de las letras que forman la palabra adios.
Desde la A y hasta la Z ya están disueltas.
Las horas que marcaba el reloj de arena
paralizaron su recorrido cuando uno de sus minutos
congeló en el infinito a uno de sus segundos.

Los días se extendieron cuando la luna permiso les dió,
no se transformaron en semanas… los años una nube los llevó.
Y los Siglos… una suave nevada los congeló…

Y al disolverse las letras, dejaron de existir las palabras,
Solo tuvimos los signos para la comunicación,
de esos podemos elegir los que queremos usar…
Usa solo los +, los * y que termine todo en un igual
Olvídate de los puntos, de los menos y de la división
Esos no sirven para en tus sueños palpitar.

Y con todos estos cambios que con tu magia has realizado
Ese ratito que lo querías contigo,
se convirtió en el signo del infinito
Ya no tendrás que esperar…
Ya no volverás a agonizar…



Manual para eternizar el instante de tenerse:
Tómense un par de cristales plateados y enjuáguese el capullo de los sueños.
Proceda inmediatamente a arropar un suspiro con el terciopelo de un beso.
Cuélguese y corte una rebanada de la luna y esconda una caricia en su anverso.
El gajo de Selene incorpórelo a la mezcla de sus rezos, añoranzas y anhelos.
Vaya al mar y cántele una nana para que éste le regale un cúmulo de ecos.
No desatienda las olas que le respiran en la nuca y haga espuma con sus alas
Antes de que la huella del mar muera en la arena róbele una pizca de agua y sal.
Condense usted con el néctar de un murmullo la amalgama de sus latidos.
Acérquele los labios al Viento e insufle su aliento a la distancia y el tiempo.
Repita ésta última parte hasta que su voz se haga elástica y toque el Cielo.
De aquella sustancia que ha batido, úntese piel, mente, alma y corazón.
Sentirá un ligero estupor que le estremecerá los horizontes de sus entrañas…
No se angustie...estos síntomas desaparecerán en un instante y sin razón.
En el insomnio trémulo de la estrellas, aparté con el iris un lugar para el Sol.
Al llegar la madrugada, estreche con los brazos todos los rayos que pueda.
Y llévelos a la morada en donde atesora sus extrañezas pálidas y agonizantes.
Recuéstelos tiernamente en el tálamo donde acostumbra dormir sus memorias.
Cobíjelos con su cuerpo y prepárese con una sonrisa sincera...entonces soñará.
Y su sueño se hará eterno.


(El gato escondido&Luna&Silence)

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