
Alas quería tener,
Y ya no las tengo.
Sobrevolar el agua
y dejar de ser malo.
Retirarme de la batalla
de soñar y provocar el frío
que congela su alma.
Enfermedad del cielo
que nos vuelve locos
y los sentidos no captan
que si se escapa el sueño
se van los minutos
-se abren los brazos, pero nada atrapan-
y se pierde un suspiro
y el amor cae al suelo.
Se irán los recuerdos de las horas, los días, los tiempos...
y si no fuera que escapan...
se morirán...o se matan.
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