Poesía a dos y tres voces: Mi amigo del alma

Gélido y estático, hecho ya una piedra,
seco al desangrarse en el más absoluto dolor.
Así estaba mi corazón… sin vida
mientras mi alma se desgarraba en agonía.

Vivía inmersa en un torbellino desolador,
presa en la profunda soledad,
nada existía…
preponderaba la ausencia de luz y sonido

Nada…
solo la nada en que cobijarme.

Y llegaste tú… con tu varita de mago
a llenar la oscuridad de luz.
Pintaste un arco iris a mi alrededor.
Bajaste la luna a mi falda, y trajiste a miles pájaros
que poblaron los silencios de dulces melodías.

Poco a poco mi corazón revivió,
gracias a ti mi mago adorado
que en tu infinita bondad me enseñaste a ver el sol,
que las estrellas siguen estando
para guiarnos aún cuando no las veamos.
Que nunca la noche es tan negra como creemos
porque siempre hay una luz que nos acompaña.

Y esa luz eres tú!

¿Como agradecerte por ser como eres?
Siempre estuviste a mi lado,
en los momentos felices
y en los momentos más amargos
apoyándome y dándome tu afecto
aún más allá de la distancia y el tiempo.

¿Como poder explicar todo lo que te quiero?
Eres una persona maravillosa, como pocas que he conocido.
Eres mi amigo del alma.
Y aunque se que no alcanza, solo puedo decirte
¡Te quiero!
¡Te quiero mucho!

Quiero que hoy sea un día especial para ti,
como cada día especial que me regalaste desde que te conocí.

Silence de mi corazón…