La duda



Suenan cuerdas de una guitarra , lentos acordes

que paso a paso caminan hacia el alma,

cerrar los ojos, oscuridad, pesadumbre,

incertidumbre y una incógnita en el aire.



En los columpios del más allá

se divierte la duda, ¡Ah, cómo se divierte!,

hacia acá y hacia allá, balanceo interminable,

y la música invadiendo los espacios personales,

trepando por las neuronas de una mente,

escaladora infatigable acompañando a la muerte

que se devana los sesos entre ser o dejar de ser.



Respiración contenida en pulmones de nicotina,

falta el aire, ¿dónde fue?, ¿dónde la duda suspendida?

colgante de las entrañas de aquél que ya no camina,

no des más pasos, termina, no seas como el alma

que en pena divaga sin saber donde su existir culmina,

no acaricies al silencio, no te hundas en piedras musgosas

que mueren inertes entre páramos de muertes.



Crujen los huesos al son de la melodía,

crujen esqueletos en débiles crepitares de llamas

aún no encendidas, ojos ensangrentados,

resbalan en las miradas perdidas

mientras la duda sonríe, irónica, socarrona

balanzeándose en el columpio de una vida.


1 comentario:

Hel Ardea Aldebaran Bennu dijo...

Charlando con la Trovadora, refiriome defecto en sus trazos.
Vive Dios!
Que su pluma es mágica y se impone.
Excelente pensamiento semioscuro.
Congratulaciones Sonny.