La Bestia Negra y la Rosa














El sueño es carmín para la bestia
Violento e inconmensurable...si...eso
Peregrino y fratricida de su hermano...
el deseo.

No le vio venir...

Era el aroma coloreándose de piel.

Una Rosa asomando al alba.

La materia de finura absoluta,
Tersa como el durazno,
Adornada en la virtud de la carne.

Frágil, timorata, cándida y distinta.

Ante su horripilante mirada...



Era un poco más sublime que la nada.

La rosa era por si misma un jardín,

Un oasis, una selva en alborada.


"Vestida de pétalos terciopelo y espinas salvajes,
flor en deseo transparente tiznado de carmesí
que oscila ante la mirada de la bestia anonadada,
fragilidad entre garras prendiendo extraña llama.

La espina se clava en las fibras de anhelos bestiales
y se suceden impulsos rosa-bestia-piel-carnales,
relámpago en luz transfiriendo latido, suspiro, latido,
palpitantes los instantes negros, rojos, encendidos.

La rosa serpenteando delicada y semi salvaje en las garras
temblorosas de una bestia que ahora respira ansiosa,
se desviste la flor de sus pétalos, se desvistió sus espinas
y acarició aquellas manos que la tenían asida...
una lágrima resbaló, rostro de bestia nunca antes comprendida."

La lágrima negra que se derrama
Entre lunas, piedras y tierra
No se olvida de aparecer
Envuelta en sombras debe terminar por caer...
Como si se le escurriera la semilla
Como si le dejará sin presencia.
Le vio germinar y languidecer
La rosa estaba próxima a fallecer...

Y quería salvarla...
Recoger desnuda la sangre de sus alas
Y quería salvarla...
Traer sus manos para regalarle flores

Y quería salvarla...

Con terror vio sus pétalos, uno a uno desaparecer
El dolor se le clavó en sus llagas
Y terminó por comprender
Que la Rosa le regalaba
Sus últimos aromas,
Sus firmes espinas,

Su carne y su alma.

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