
En el mar se confunde el canto de sirenas
con el grito de la bestia al parir sus desgarros.
La noche sombría, viejas imágenes en forma de monstruos
se elevan hacia los infiernos,
desde lo más negro de los pensamientos humanos.
Las estrellas pululan en el firmamento
siente un miedo atroz ante el que pasara
que se difumina al pensar en que lo vivido fue lo importante.
Porque la bestia ama a la Sirena, no la puede olvidar.
Sentía pánico tan solo al pensar su reto frente al sol
¿Se convertiría en ceniza? Pero tan solo escuchar
el canto de las sirenas lo traspasaba todo
la pasión de los seducidos habría hecho saltar
prisiones más fuertes que maderos y cadenas.
Por un instante ya no escucha más cantos de sirenas,
Rompe el estruendo…
La Sirena emerge del mar desplegaba su húmeda cabellera al viento,
ya no pretendía seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más
el fulgor de los grandes ojos de La Bestia.
Él, con las garras, y su tez mortecina continuaba mirándola
La Bestia se debatía en dudas quería dejar de ser lo que era
…y sentía miedo al pensar si en ceniza se convirtiera…
Ya jamás podría amarla, se sentía embriagado de melancolía
parecía flotar en el aire emanaba del suelo como queriendo ahogarlo.
Al verlo tan triste la Sirena se acercaba a la orilla
la joven empezó a experimentar un extraña sensación,
su cola parecía desaparecer y unos pies comenzaban a tomar forma.
Quiso sentir el calor de su cuerpo, notar sus manos en su espalda,
y sin decir nada, mezclarse en un abrazo que durase para siempre
y aún más tiempo, eterno e indestructible.
Mirarle a los ojos, y mantener la mirada, ante La Bestia.
Las noches han sido tan oscuras sin ti,
mi camino es un laberinto oscuro y sombrío, -Dijo la sirena-
La Bestia le hablo; - el dolor que llegó a mi corazón cuando te deje
hasta que el infierno se congelara o la tierra se partiera en dos
…-Te amare-
Siente que el amanecer se acerca…un miedo ante el que pasara
…al sentir los rayos de sol sobre su monstruosa figura
En el mar se escuchan los cantos de sirenas
unidos a los gritos desgarrados de la bestia al sentir el sol sobre su tez.
Y lo que vio fue sorprendente, se encontró con un cielo azul con la claridad del sol
La brisa le llegaba fría y preso de miedo se miro,
la bruma se difumina a medida que se eleva
sus garras se habían convertido en manos, la sirena desde el mar reía llamándolo,
a las profundidades de su mar protector, y cálido.
Dicen que desde los acantilados en las noches claras de luna,
ven emerger a la superficie a la Sirena acompañada por un apuesto joven
para contemplar la candidez de la luna iluminando sus figuras
... y el tierno rugido del mar sosegaba sus instintos.
Azor 16/07/2008
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