
Colgué la eterna Sed a mi espalda
y salí a buscar la disputada Vida;
siempre supuse que esa era la salida
cuando el alma del Ayer es sacrificada.
En Verdad sólo quería
aun sabiendo que el querer
no implica otra alternativa,
supuse que no había otra salida.
Así fue.
Se trataba de mí y de la Vida.
Y confieso que después de andar
y llevar la melancolía a la Pasarela,
puse en Tela de juicio mi valor.
Y no era la decisión propia de vagar
lo que ensombrecía mi estrella,
sino creer que a la Nada habría de llegar.
Y es que dejar de escuchar tu historia
contada por los tuyos es triste,
dejar tu orígen produce anorexia al alma;
áquel aroma a Familia es la gloria,
duele el pecho desde que te fuiste,
y díficilmente otra Vera produce calma.
Por eso vine arrastrándome a la Vida,
llegué apostando por presentimiento
y encontré la Libertad jamás soñada:
encontré un noble hijo y un sentimiento!
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